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F. 9r.

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Transcripción

Mecanografiado con anotaciones a lápiz de MEVF

-grada de Wotan, que atrajo sobre su divinidad los rencores de un Dios, oponiendo su escudo sobre aquel que habia de crear al gran heroe futuro; Brunhilda, cuyos ojos de estrella brillarian para el mas venturoso de los hombres, la que devolvió al Rhin su aureo tesoro, cuando al fin de su inmenso letargo, despertó sobre la roca empenachada de fuego, con un beso inmortal.

!Oh Brunilda, tuyo es el Rhin, es para siempre tuyo y de tu raza, porque Wagner arrojando en sus ondas el anillo simbólico, sem-<bró> bbó <bró> para siempre en sus arenas una estirpe de Dioses; porque como lo dijo Enrique Heine, el divino bardo germano, cuya fantasia elegiaca jamas fue superada, el desterrado lirico, que lloraba pensando en Alemania, porque “los pueblos livianos le pesaban.”

Retratan á la par monte y castillo

Del Rhin las aguas como claro espejo,

Por donde bogan las flotantes barcas

Que baña el sol con su inmortal reflejo.

Y el poeta aleman Becker:

Libre Rhin Aleman, seras en tanto

Que una roca se eleve entre tus aguas

Mientras los corazones valerosos

Tu vino abreve, con su ardiente flama;

Libre Rhin Aleman,

Hasta que de tus hijos la existencia,

Con los restos del ultimo patriota

Entre tus ondas sepultada sea.

El Rhin es de Brunilda; aunque las cortesanas retraten[<en>] en su linfa el vaiven de sus piruetas funambulescas, <y> sus gestos airados las sufragistas, esa degeneracion gesticulativa de la Venus armoniosa y

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F. 9r.

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